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Sergio Toppi (1932-2012) |
Otra lamentable noticia que enluta al mundo de la gran historieta -parafraseando un lema de la recordada revista de historietas Argentina
"Skorpio"-, nos llega con la muerte del notable dibujante
Sergio Toppi, quien nos dejó las primeras horas de hoy a los 79 años de edad.
Nacido en Milán el 11 de octubre de 1932, siempre será recordado como uno de los mejores no solo de europa sino también del mundo y quienes mejor que los amigos españoles del blog
ENTRECOMICS para conocer e informarnos un poco más sobre la vida y obra de este genial artista italiano:
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Autoretrato |
Sergio Toppi, autor milanés, con formación autodidacta, comenzó trabajando en el
mundo de la ilustración en 1954, y tres años después se trasladó al
campo de la animación, donde colaboró en varios trabajos publicitarios.
Hacia 1960 se inició su relación con el mundo del cómic, creando con
Carlo Triberti la serie
Il Mago Zurli, que se publicaría en
Il corriere dei Piccoli. En 1966, y para la misma revista, dibujó la biografía de
Pietro Micca, con guión de
Milo Milani,
serie que sería importante por dos motivos: por acercar al dibujante al
cómic histórico o ambientado en momentos históricos del pasado, por el
que sentiría gran apego durante toda su carrera, y por mostrar ya
claramente las señas identificativas de la influencia de
Dino Battaglia,
con gran interés por las texturas y los equilibrios en las masas de
tinta. Sin embargo, la eclosión del que sería su estilo definitivo y
distintivo no llegaría hasta los años 70. En 1974, y debido a la muerte
del dibujante que la realizaba,
Sergio Bonelli encarga a
Toppi el dibujo de
Herman Lehmann. L’indiano bianco, donde se reinventa a sí mismo estilísticamente, y también en ese año conoce a
Giovanni Colasanti, director del semanario
Messaggero dei ragazzi,
que le ofrece la oportunidad de trabajar con absoluta libertad. A
partir de ese momento aparecerían las famosas composiciones de
Toppi en
las que a menudo se prescinde de las viñetas, conviertiendo la página en
un lienzo en el que las masas de blanco y negro guían el ojo del lector
con intención narrativa y estética, donde el diseño adquiere una
importancia fundamental y las siluetas recortadas contra el blanco de la
página aportan una sensación tridimensional. En 1975,
Toppi recibiría
el premio
Yellow Kid en el
Salón del Cómic de Lucca, por aquel entonces
considerado como el premio más prestigioso del mundo del cómic. También
en ese año comienza su colaboración con la revista
Sgt Kirk, para la que realizaría historias cortas. Al año siguiente ampliaría su lista de colaboraciones al semanario
Il Giornalino, con el que mantendría una longeva relación, y en 1979 comienza a publicar en la revista
Alter Alter una de sus obras más conocidas,
Sharazad. También para
Alter produciría
Little Big Horn 1875 y
Sacsahuaman. También durante los años 70, y para la editorial
Cepim (futura
Bonelli),
Toppi dibujaría tres álbumes de la serie
Un hombre, una aventura: El hombre del Nilo (1976),
El hombre de México (1977) y
El hombre de los pantanos (1978). En 1983 debuta la revista
Corto Maltese, con la que el dibujante colaboraría en numerosas ocasiones, y en 1984 crea al único personaje fijo de su carrera en la serie
Il colezzionista, que publica en
I Protagonisti di Orient Express. Seguirían otros trabajos esporádicos para
Bonelli, en series como
Ken Parker,
Martin Mystère o
Julia, y
Toppi también ilustró numerosos trabajos de índole religiosa. En 1997
Toppi comienza su colaboración con
Mosquito, la editorial francesa que recuperaría de forma sistemática el grueso de su obra durante los años setentas, y recientemente llegó a trabajar para
Panini, para quienes realizó las portadas de la segunda parte de
1602, uno de sus trabajos favoritos, junto a los citados
Il Collezionista y Sharazad y otras obras unitarias como
Blues,
Isola Gentile,
Las fabulosas ciudades de Arizona, Los tesoros de Cíbola,
El Cerro de la Plata y La leyenda de Potosí, estas dos últimas realizados en 1992 para
Planeta dentro de su colección conmemorativa del 5º centenario del descubrimiento de América.
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Toppi y su eterno legado... |
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